lunes, 6 de diciembre de 2010

El Barça se equivocó, la Federación lo causó


Aunque hoy se debería hablar de que el Barça copa las tres primeras posiciones del Balón de Oro 2010, lo que viene a confirmar que el equipo es la clara referencia mundial por mucho que algunos quieran maquillarlo; de que Iniesta se va a llevar, de manera injusta el galardón por delante de Xavi (el verdadero merecedor) y Messi por el hecho de haber metido un gol en la final del Mundial (menos mal que no marcó Xabi Alonso) y de que La Masía ha situado, tras décadas de trabajo, a tres de sus jugadores como los mejores del mundo; seguimos hablando del viaje-chapuza a Pamplona. Será porque así interesa en la denominada por Laporta y cada vez más popular 'caverna mediática'.

El partido en Pamplona resultó, al final, mucho más fácil de ganar (en lo deportivo) de lo esperado. Las dificultades para sumar los tres puntos en el Reyno de Navarra (en nuestros corazones, siempre El Sadar) estuvieron en el viaje, en la odisea que supuso el desplazamiento desde el Camp Nou para la plantilla culé. Y en la sarta de mentiras con que se pretende desprestigiar a Pep Guardiola a raíz de una serie de errores cometidos por el Barça y un cúmulo de despropósitos de la Real Federación Española de Fútbol.

El caso es que, con el asunto de los controladores aéreos, el Barça se vio imposibilitado para viajar a Pamplona en avión. La versión oficial del Barça es que el propio presidente, Sandro Rosell, se puso en contacto en la tarde del viernes con Osasuna y la Federación para explicar la problemática y encontró condescendencia. El sábado por la mañana era imposible viajar en avión y la Federación, como posteriormente reconoció el tal Jorge Pérez, le aseguró a los directivos culés que, si no era posible viajar en avión, el partido se aplazaba al domingo. El Barça, por tanto, cambió su plan y citó a los jugadores a las 16.30 en el Camp Nou para viajar en tres y autobús el sábado por la tarde y jugar el domingo.

Sí, es cierto que el Barça se equivocó. Creo, sinceramente, que debería, ante la situación que había en los aeropuertos españoles, haber emprendido el viaje hasta Zaragoza en AVE en la mañana del sábado. Y después, carretera hasta Pamplona. Cerca de las 14.30 horas el equipo estaría en el hotel, podría comer y echar la siesta antes del partido. El Barça debería haber hecho eso, considero. Y no debería haberse fiado de la 'palabra' de un federativo, puesto que han dado muestras más que suficientes de su incapacidad organizativa. Pero quien propició ese error culé fue la Federación. Jorge Pérez, no sé ni que cargo tiene, ha reconocido que prometió al Barça que suspendería el partido. Eso sí, lo hizo sin contar con el otro contendiente, Osasuna. Al club navarro, lógicamente, no le interesaba cambiar la fecha del partido e hizo valer su posibilidad de mantener la hora. Si los demás han viajado en bus, también el Barça debía hacerlo. Y me parece perfecto. Fue entonces cuando, a la carrera, el Barça citó a sus jugadores una hora antes y emprendió viaje relámpago, llegó al estadio navarro a las 20.03 horas y jugó, maravillosamente una vez más salvo en los 20 primeros minutos, en el Reyno de Navarra. 0-3, una ducha y de nuevo para Barcelona, esta vez sí en avión.

En estos párrafos previos están incluidas, aunque sean entre líneas, la totalidad de argumentaciones contra quienes aseguran que el Barça fue de sobrado. Dicen unos que el Barça se negó a viajar el día antes. Otros, que se negaba a viajar en tren y autobús. Algunos, que todo es capricho de Guardiola. Por partes.

En primer lugar, es rotundamente falso que el Barça no quisiera viajar el día antes a Pamplona. de hecho, una vez conocida la 'suspensión' del encuentro, había citado a sus jugadores en el Camp Nou para ir la propia tarde del sábado al Reyno de Navarra.

También es falso que 'solo' quisiera viajar en avión. Porque, de hecho, acabó viajando en tren y bus y tenía pensado hacerlo una vez confirmado el 'aplazamiento'. Y ya la temporada pasada viajó hasta Milán en autobús ante la imposibilidad de confirmar que sería posible hacerlo en avión.

Y, si creemos a la nota informativa difundida por el club, la carta abierta de Sandro Rosell y las palabras de Jorge Pérez (no tenemos por qué no hacerlo y encima todas ellas confirmarían esta teoría), no fue capricho de Guardiola montar un número, sino una consecuencia del exceso de confianza de Rosell en la palabra de un directivo de la Federación y la inoperancia del propio organismo, capaz de prometer algo antes de tener la certeza absoluta de que así sera.

Supongo que jode, jode mucho, que aún sin entrenar, sin calentar y recién bajados el autobús, el Barça siga dando lecciones partido tras partido. Y que hay que demonizar al técnico que está relegando al Real Madrid de sus amores a un segundo puesto constante. Pero hacerlo a base de mentiras es no solo triste, sino incluso denunciable. Entraríamos en una espiral peligrosa, pero sería curioso ver a Relaños, Indas y demás forofos sinvergüenzas amparados en un 'título' de periodismo declarando ante un juez que "es evidente" el trato de favor federativo de la Federación con el Barça solo cinco días después de que a Sergio Ramos le cayera un único partido de suspensión por una entrada sin balón y dos agresiones.

Y no entiendo ni entenderé la obsesión de los periódicos, radios y televisiones de la capital con que el Barça viaje el día antes del partido. ¿Acaso ha ido mal así?

P.D: No diré eso de "hay que leer al maestro" porque jamás había leído a Rubén Uría, pero su artículo de hoy es impecable.

La plantilla celebra uno de los tres goles marcados (Foto: abc.es)

viernes, 3 de diciembre de 2010

Una vuelta impecable

Han pasado ya cuatro días, en la tarde-noche de mañana tanto Barça como Real Madrid tienen complicados compromisos ligueros, pero se sigue hablando (casi exclusivamente) del Clásico. Algo que a los culés nos hace gracia por el resultado que se dio y por la exhibición del equipo de Pep Guardiola, pero que ya empieza a cansar. El partido se jugó y no tiene sentido ninguno darle más vueltas, hay que mirar al frente y al futuro porque, si seguimos dorándonos la píldora corremos el serio peligro de pagar muy caro una noche histórica.

Porque, no lo olvidemos, el Clásico fue un partido, uno más, de una Liga de 38 jornadas. Seguramente las consecuencias morales de la victoria culé van más allá de los tres puntos, pero decir que se ha ganado la Liga o que esta Liga ya solo puede perderla el Barça es rozar el ridículo. Con su juego y su triunfo el Barça mandó un evidente mensaje; sigue con hambre, luchará hasta la extenuación y no venderá barata su derrota. Pero para ganar la Liga quedan aún 25 partidos pendientes y uno de ellos, ojo, en el Santiago Bernabéu.

El gran objetivo culé en estos momentos, la mentalidad con la que Pep Guardiola querrá a su plantilla hasta que llegue el segundo gran Clásico, es la de sumar el mayor número de puntos posibles. El objetivo claro debe ser llegar al estadio madridista por delante en la clasificación y, a ser posible, con una renta que permita seguir al frente aún en caso de victoria. Será complicado, porque el cada vez más evidente patético nivel de la competición liguera hará que, para tomar una renta mayor, se sumen más de 15 victorias, sino 18. El Real Madrid, ese equipo que salió vapuleado del Camp Nou no va a perder muchos puntos por el camino al Bernabéu: primero porque hay pocos equipos capacitados para plantarle cara en la Liga Española, y segundo porque sigue siendo un buen equipo que hace hace cinco días era el líder continental con más puntos sumados.

Por ello, seguir besándonos por lo guapos que somos y lo bien que jugamos es peligroso. Muy peligroso. El Barça se mide esta noche a Osasuna en un campo muy complicado, donde siempre es difícil ganar, y con el peligro de acusar el mal de altura. Ojito que podemos, en dos horas, perder parte de la enorme autoestima que nos dieron los cinco goles del lunes. De la concentración con que se salte al Reyno de Navarra dependerá en buena medida el cumplimiento del objetivo de los próximos meses: realizar una vuelta de competición prácticamente impecable (teniendo que jugar en Sevilla, Valencia y Villarreal, entre otros) para llegar en ventaja al Madrid-Barça.

P.D: Sí que quería, pese a que soy el primero que habla de pasar página, hacer una reflexión sobre el Clásico. ¿Cómo, a los mismos que veneran (no entro en si con razón o sin razón) a Raúl por mandar callar al Camp Nou les parece una ofensa que Piqué celebre la 'manita' delante de su grada, en su estadio, sin ningún tipo de gesto despreciativo y en un momento de euforia generalizada?


Xavi celebra el 1-0 ante el Madrid (foto: pamboleros.net)