lunes, 21 de diciembre de 2009

Legendario


Puyol alza el título (Foto, AFP, publicada en elmundo.es)

"El futuro será negro". Estas palabras de Pep Guardiola en la víspera de la final del Mundial de Clubes sorprendieron a propios y extraños. Argumentaba el técnico del mejor equipo de la historia que lo conseguido era tanto e insuperable que el listón está altísimo, por lo que jamás se podrá superar, y posiblemente también igualar, lo conseguido en 2009.

Y eso que aún faltaba la guinda del pastel, el Mundialito. Un torneo secundario que, cualquier otra temporada, nadie hubiera antepuesto a Liga o Champions League pero que en esta ocasión los culés manteníamos entre ceja y ceja por dos motivos; el primero es que solo faltaba ese galardón en las vitrinas del Museu. El segundo, que aunque nos cueste reconocerlo, sabíamos que jamás volveríamos a tener la oportunidad de completar un año perfecto.

Por eso, los ánimos estaban alicaidos entre los culés hasta que en el minuto 88 Pedro agigantó su leyenda con el cabezazo que forzaba la prórroga. Todos los culés nos sentimos en ese momento campeones, éramos conscientes de que durante los 30 minutos de tiempo añadido íbamos a gozar de la oportunidad para sentenciar. El único riesgo era que no entrara y llegáramos a los penaltis, pero sabíamos que Estudiantes no iba a adelantarse de nuevo.

Cuando en el minuto 110 Alves centró al corazón del área, supimos que el momento había llegado. Solo era cuestión de que quien entrara al remate afinara. Si era Ibrahimovic, como hizo en el último clásico. Si era Pedro, con su 'varita mágica'. Si era Jeffren, porque estaba siendo el jugador de la final, aunque los premios se los lleven otros. Pero fue Messi, el mejor jugador del planeta. En vez de meter la cabeza o estirar la pierna metió el pecho, según él "para asegurar el remate". La confianza de todo el equipo en él es tal que en algunas repeticiones se ve como Jeffren tiene los brazos alzados antes de que 'La Pulga' contacte.

El Barça había cerrado el año perfecto con un tanto de su rutilante estrella. Carles Puyol alzó al cielo de Abu Dabi el título de campeones del mundo y el Barça de Pep Guardiola versión 2009 pasó de histórico a legendario. Nadie jamás podrá superar lo que ha conseguido. Igualarlo se antoja prácticamente imposible. El Olimpo del deporte ya tiene un lugar para los héroes. Enhorabuena y gracias a todos:

Valdés, Pinto, Jorquera; Alves, Cáceres, Puyol, Piqué, Márquez, Chygrynskiy, Abidal, Milito, Sylvinho, Maxwell; Touré, Busquets, Keita, Xavi, Iniesta, Gudjohnsen; Pedro, Bojan, Hleb, Henry, Eto'o, Ibrahimovic, Jeffren y Messi.

¿El futuro? El equipo trabajará para que sea como mucho gris.

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