lunes, 12 de enero de 2009

También por cojones

El Barça puede ganar por buen juego, lo lleva demostrando varios meses. pero también puede ganar por una combinación de genialidad y cojones. La genialidad que siempre tiene guardada Messi y los cojones (no exentos de magia) que le echa un tipo como Dani Alves. Tener al brasileño es un lujo al alcance de bien pocos.

Anoche los azulgrana habían realizado una primera parte soberbia que se refrendó con el 0-1 de Eto'o en el descuento. Había jugado más y mejor el Barça que Osasuna, había quebrado bien por las bandas con Alves y Henry y había tenido varias ocasiones de inaugurar el marcador en las botas de Messi (genial jugada que se estrelló en el poste), el propio Thierry o Samuel. Los 'rojillos' apenas habían inquietado a Valdés, salvo en un cabezazo de Pandiani que el meta blocó gracias a su perfecta colocación. Quizás todo ello hizo aparecer cierta relajación que a punto estuvo de salir muy cara.

Porque en la segunda mitad el Barça salió a medio gas. Pese a que Keita (al poste, y van...) y Henry tuvieron la sentencia, esta no llegaba. Por si fuera poco, el bloque se durmió en los laureles y Osasuna pudo darle la vuelta al marcador. Miguel Flaño se aprovechó de un inoportuno resbalón de Valdés y Pandiani le ganó la partida a Puyol. Le quedaba tan solo un cuarto de hora al once de Pep para solventar 25 minutos de auténtico descontrol. Parecía poco tiempo. Parecía que el Barça se descosía.

Sin embargo, pudo el equipo azulgrana lograrlo. Y fue por dos motivos. Uno, la entrada de Bojan. El de Linyola sigue sin encontrar su golito en la competición doméstica, pero dio otro aire al equipo. Y dos, una jugada 'antideportiva' de Osasuna en la que Valdés salvó un nuevo gol tras un contragolpe.

Esa falta de deportividad de los de Camacho cuando Messi había parado el partido porque Busquets estaba en el suelo espoleó al Barça. Hizo que saltara su orgullo, su rabia y los culés se lanzaron a por ellos. Además, la entrada de Bojan dio otro aire al equipo, aunque al de Linyola se le sigue resistiendo el gol en la competición doméstica. Así, Alves dio una gran asistencia para que Xavi (partido 300, gol 30 en Liga) empatara y poco después, tras robo del brasileño, Messi se inventó un zapatazo que significó el 2-3 definitivo.

Bojan pudo sentenciar poco después, pero el peligro había pasado, porque Osasuna ya fue incapaz de responder, convirtiendo el Barça los últimos minutos en un eterno rondo. Un rondo en el que los azulgrana, posiblemente, se dieron cuenta de que si se creen invencibles, como ocurrió ayer, pasarán a ser vulnerables.

Messi y Henry celebran con Eto'o el 0-1 (Foto, EFE, publicada en elpais.com)

1 comentario:

  1. Este Barça es MARAVILLOSO, pero no hay que confiarse, cualquiera te puede pintar la cara.

    Saludos.

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